Cuenta la leyenda que un día de invierno que azotaba estas tierras un fuerte temporal un vecino del pueblo de Barxamaior subió como de costumbre, a pesar de las inclemencias del tiempo, a escuchar misa.
El monje, que lo ve, lo desprecia y murmura “ahí viene este, en medio de una tempestad y tan cansado, para ver un poco de pan y de vino”. Y en el momento de la consagración, el pan y el vino se convirtieron en carne y sangre a los ojos del atónito y poco piadoso monje.
La leyenda enseguida se difundió por toda Europa e inspiró a artistas. Se dice que la Ópera Parsifal de Wagner está inspirada en este milagro.
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