Un hito fundamental en el desarrollo de las peregrinaciones jacobeas lo constituye la publicación en el siglo XII del famoso Códex Calixtinus, también conocido como Liber Sancti Iacobi. Esta obra es un manuscrito en pergamino que reúne 225 folios escritos en línea corrida y posiblemente a dos manos. Consta de 5 libros que incluyen textos litúrgicos y sermones, la historia de la llegada de los restos del apóstol a Galicia, la narración de los principales milagros realizados por el apóstol Santiago tras la aparición de sus restos, la saga de leyendas relativas al emperador Carlomagno y su pariente Roldán y la Guía de Aymeric Picaud, la descripción del itinerario y la relación de lugares que atravesaba en ese momento la ruta que pasaría a la historia como el Camino Francés, el más popular y conocido de los recorridos jacobeos. De Aymeric Picaud, autor del documento que se autoidentifica en el libro V, poco se puede decir ya que no se conocen datos de su vida y obra.
El documento original fue restaurado en el siglo XX y se conserva en la catedral de Santiago de Compostela. La fecha de su redacción no está clara aunque se sabe a ciencia cierta que es anterior al año 1.173, cuando ya se tienen noticias de que un monje de Monserrat acudió a Santiago para hacer una copia por encargo de su abad. La otra pista importante sobre la fecha de su redacción nos la da la carta que, a modo de prólogo, antecede a los cinco libros y que fue obra del papa Calixto II (de ahí recibe el documento su nombre de Códex Calixtinus).
Nos encontramos, por tanto, en la primera mitad del siglo XII, dato muy significativo porque es el tiempo del famoso don Diego Gelmírez, probablemente el obispo de Santiago de Compostela más hábil, inteligente y astuto, y sin duda uno de los hombres que más impulsó el desarrollo de las peregrinaciones a través de la ruta jacobea. No es casual la aparición de este clérigo en la historia. De hecho, es nombrado obispo de Santiago en el año 1.100 con el apoyo de doña Urraca, hija del rey leonés Alfonso VI, y su esposo el conde Raimundo de Borgoña. Este matrimonio había recibido como dote del rey Alfonso VI el condado de Galicia, por lo que fue esencial el apoyo del matrimonio al clérigo para su nombramiento. Diego Gelmírez se convierte rápidamente en hombre de confianza del conde de Borgoña pasando a compaginar su cargo de arzobispo con el de secretario y canciller del conde.
Posteriormente, en el año 1.119, es elegido papa Guy de Borgoña, abad de Cluny y hermano del conde Raimundo de Borgoña, señor de Diego Gelmírez. Este nuevo papa pasaría a la historia con el nombre de Calixto II, el autor de la carta adjunta al Códice que podría inducir a pensar que la obra es un encargo papal.
Si combinamos el cerrado círculo de relaciones interpersonales descrito con los intereses del arzobispo Gelmírez y su conocida dedicación al fomento de las peregrinaciones jacobeas y su habilidad política, no sería absurdo deducir que el Códex Calixtinus pudo ser un encargo del obispo cuya maniobra propagandística fue posteriormente sancionada y apoyada con la carta de Calixto II simulando un encargo que en realidad no existió.
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