08 diciembre 2011

¿COMO NACIÓ LA PEREGRINACIÓN A SANTIAGO DE COMPOSTELA?



Pelagio era un ermitaño, un hombre religioso y poco amigo de la compañía, aficionado a las chozas y a los insectos como alimento principal, que vivió en el siglo IX y según la leyenda fue protagonista de un auténtico milagro. Ignoramos si Pelagio resultó afortunado por sus continuos rezos y ayunos en su ermita, por no cambiarse jamás de vestimenta y dialogar sólo con los pájaros (tal era la vida usual de un ermitaño y aunque parezca mentira, en aquellos tiempos esta era un carrera prestigiosa que se ganaba el respeto de todos). No sólo el ermitaño Pelagio eligió una ocupación con cierto prestigio o el respeto ganado por su vida piadosa y sacrificada, sino también un destino de leyenda.

Pelagio vio una noche, solitaria como todas sus noches, luces misteriosas en el cielo. Entonces no se hablaba de ovnis sino de mensajes divinos. El ermitaño observó que las luces se desplazaban, señalándole un camino a seguir. Y lo siguió. Caminó un tiempo, no sabemos cuánto, siguiendo las señales luminosas hasta que se detuvieron y titilaron, temblorosas, pero decididas. 

Un haz de luz descendió mágicamente, iluminando a Pelagio y lo que había a pocos pasos de él: una tumba de mármol. Pelagio salió de su ostracismo habitual, contando la noticia a cuántos encontró en su camino, alborozado. No tardó en llegar la historia al obispo de la diócesis, el cuál se hizo presente en el lugar de los hechos para ver la tumba, ya con cierta fama milagrosa. El obispo llegó, vio y anunció: es nada menos que la tumba de Santiago apóstol.

Y la noticia corrió como un reguero de pólvora por los caminos españoles hasta que le fue comunicada al rey Alfonso II, quien no tardó en proclamar, emocionado, a Santiago santo patrono de España. Ahora bien, la emoción de Alfonso no excluía el cálculo político, o la visión militar si se quiere: la naciente España zozobraba, amenazada por el ejército moro. Desde la península arábiga, Mesopotamia, Siria, Egipto y el norte de África hasta Marruecos, el Islam se expandía rápidamente y parecía dispuesto a devorar Iberia. Santiago, como patrono, no sólo iba a proteger el reino con sus milagros, sino que también sería un factor de cohesión y de aliento frente al peligro para las huestes españolas, escasas de esperanza para enfrentar a un enemigo que parecía tenerlas todas consigo. 

Los soldados se sentían inspirados por leyendas milagrosas que en la desesperación última de entrar en combate los mantenían en pie. Pronto Santiago empezó a demostrar que estaba presente, en los gritos del combate y según algunos relatos populares, en los combates mismos.
Una vez que la noticia del descubrimiento de la tumba del apóstol circuló por España, empezó a conocerla también el resto de la cristiandad y eso propició las peregrinaciones y se inició la historia del Camino de Santiago.

Fuentes Consultadas: Lugares Misteriosos de Paula Riggeri - Sitio Web:
www.red2000.com - La Biblia Explicada Tomo I

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