07 julio 2012

Camino de Santiago - Ruta do Salnes

Monasterio de Armenteira


Historia de los inicios del Monasterio de Santa María de Armenteira

El primer cenobio debió ser fundado por el célebre abad San Ero en el año 1150.

Este personaje es protagonista de una famosa leyenda en Galicia, según la cual estuvo escuchando embelesado cantar a un pajarillo durante trescientos años tras rogarle a la Virgen que le mostrase cómo era el Paraíso. Esta historia se recoge en las Cantigas de Alfonso X el Sabio.



Ubicación

Armenteira se encuentra en una de las laderas repletas de pinos del monte Castrove, en el Concello de Meis, Pontevedra.

El Monasterio

Tras la fundación original a mitad del siglo XII, paso rápidamente a pertenecer a la Orden Cisterciense, allá por 1162 denominándose Santa María de Armenteira y poco después se iniciarían las principales obras del monasterio, entre ellas la de la iglesia.

Actualmente se encuentra habitado por monjas cistercienses desde 1989. Se conserva en perfecto estado la iglesia. la muralla exterior y otras dependencias, aunque no medievales, como el claustro, del que luego nos ocuparemos.

La Iglesia Medieval

El templo es un gran edificio de tres naves y cabecera tripartita, con cúpula en el crucero (cosa poco frecuente en las iglesias gallegas) y gran fachada monumental.

En el templo se aprecia, tanto en la planta como en las bóvedas, un mayor apego a las formas románicas que otros monasterios cistercienses más tardíos.

Lo que también denota este templo es que a su magnífica calidad arquitectónica, sus constructores le sumaron deliberadamente una total desnudez ornamental. En esta iglesia no hay concesiones para las "redondeces" románicas. Todo son aristas vivas, prescindiendo de las columnas de los pilares de los interiores y de la cabecera y reemplazándolas por pilastras prismáticas. En ese mismo sentido, no existe ningún relieve figurado, pues sólo se tallaron capiteles -vegetales- en la puerta y los canecillos son anacelados.



Todo un paradigma del rigorismo cisterciense y su obediencia a las normas de San Bernardo de no "interferir" con distracciones ornamentales en la oración y meditación de los monjes.

Las naves

Las tres naves de la iglesia de Armenteira tienen cinco tramos y se separan mediante arcos apuntados que se apoyan en pilares cruciformes con pilastras adosadas.

Las bóvedas de la nave central y el transepto son de medio cañón apuntado.

Las de las naves laterales son de arista.

Como vemos, todavía no se han introducido las bóvedas de crucería muy usadas en las iglesias cistercienses de las últimas décadas del siglo XII, lo que denota que es un edificio cronológica y estilísticamente propio todavía del románico.

El cimborrio y su cúpula

El cimborrio de Santa María de Armenteira es bastante particular y poco frecuente en Galicia como próximamente analizaremos. Se yergue sobre el crucero o intersección entre la nave central y el transepto y sirve como linterna de iluminación al corazón de la iglesia mediante sus cuatro ventanales.

Este cimborrio prismático al exterior se aboveda interiormente por su correspondiente cúpula.

Sobre los arcos torales del crucero que forman un cuadrado se alza la cúpula mediante trompas para convertir su base en un octógono.



Lo más particular es que dicha cúpula se apoya en dos pares de arcos paralelos dos a dos que no se unen en su centro sino que forman un cuadrado. Este sistema es deudor de las cúpulas cordobesas aunque también se usan en otras iglesias románicas españolas como algunas segovianas (San Millán y Vera Cruz).

La diferencia estriba en que, además, se añadieron en Armenteira cuatro nervios que parten desde las trompas a los puntos de intersección de los arcos antes citados.

Cabecera

De monumentales proporciones, la cabecera es un conjunto noble y austero formado por tres ábsides escalonados.



El gran tamaño de estos ábsides y la sillería granítica -prácticamente isódoma- ofrecen un aspecto masivo, casi militar. A ello no es ajeno que los artífices desestimaran las columnas y colocasen anchos contrafuertes en el ábside central. Además, los vanos de iluminación no llevan columnas ni molduras sino el simple abocinamiento para la entrada de la luz. Los canecillos son de perfil de nacela

Interiormente, los tramos rectos presbiteriales tienen bóveda de medio cañón apuntado y de horno o cuarto de esfera los hemiciclos absidales.

La fachada

Dentro de la calculada austeridad de la iglesia de Santa María de Armenteira, la fachada es la parte más "delicada" del templo. El hastial se encuentra dividida en tres calles por dos grandes contrafuertes escalonados unidos por tejaroz. En la calle central se abre una gran portada con seis arquivoltas de medio punto muy amplias que caen sobre pares de columnillas. Estas arquivoltas se encuentran aboceladas y llevan línea de ajedrezado. La última se decora con angrelado y el guardapolvos es también ajedrezado

Los capiteles de estas columnas muestran hojas con bolas en los extremos.

Por encima, un magnífico rosetón calado ilumina la nave central. Muestra varios juegos concéntricos de vanos lobulados radiales de intención solar, como intentando subrayar la funcionalidad de estos óculos de captación de la luz vespertina.

En los lados de la fachada se abrieron dos puertas más -una oculta- para comunicar directamente el exterior con las naves laterales.



El claustro

El claustro actual es un conjunto construido entre 1575 y 1778 y se encuentra adosado a la iglesia a su costado meridional.
Es de forma cuadrada, de muy austera estampa y tiene dos plantas. Las pandas del piso bajo son básicamente renacentistas y se construyeron desde la citada fecha de inicio hasta 1677.



Las bóvedas de esta planta inferior son de crucería (resabios góticos en plenos siglos XVI y XVII) y son de variada complejidad según en la panda en que nos encontremos. La comunicación de los pasillos con el patio se hace mediante grandes arcos de medio punto.

El segundo piso es neoclásico, más austero, si cabe, que el inferior. Sólo se decora con triples pilastras y ventanales salteados.

Otras partes interesantes son la escalera monumental en el lado oeste del claustro y la cocina del siglo XVIII.