08 diciembre 2011

EL MISTERIO DE OBANOS

Cuenta la leyenda que Felicia y su hermano Guillén - sucesor del poderoso ducado de Aquitania - vivian holgada y confortablemente es sus ricos señoríos.

Un día, ella decide peregrinar a Compostela, siguiendo un rito hondamente arraigado en su familia desde que Guillermo X viniese a morir en Santiago, un 9 de abril - Viernes Santo - de 1137.
A su vuelta, tocada de la poderosa influencia del apóstol, despide a su séquito y queda, sirviendo como criada, moza de labor, en Amocáin. Su hermano, al saberlo, parte en su busca y la requiere para que retorne a su país, donde le aguardan un conveniente compromiso matrimonial y una existencia regalada.
Ella se negó y él, en un momento de cólera, la degolló. Los perros lamieron su sangre. Arrepentido ante su crimen, entierró a su hermana y en hábito de peregrino, recorre el camino jacobeo buscando el perdón. De retorno, vió el alto de Arnotegui y decide construir una ermita y recluirse en ella, trabajando para los pobres y orando, hasta su muerte. Felicia, sepultada en Amocáin, surge con su ataud al campo como un retoño. Luego, montada en una mula blanca, resuelve ser enterrada en Labiano. Allí permanece su cuerpo incorrupto curando los dolores de cabeza de lugareños y foráneos.
Esta leyenda toma cuerpo literario en el auto sacramental que, con el nombre de Misterio de Obanos, se ha venido representando en la citada villa desde 1962 y que retorna en cada año Compostelano.

¿QUIEN FUE EL APÓSTOL SANTIAGO?

Cuentan las confusas narraciones de los primeros años de la cristiandad que a él le fueron adjudicadas las tierras españolas para predicar el Evangelio, y que en esta tarea llegó hasta la desembocadura del río Ulla. Sin embargo con poco éxito y escaso número de discípulos, por lo que decidió volver a Jerusalén.

Cuando regresó a Palestina, en el año 44, fue torturado y decapitado por Herodes Agripa, y se prohibió que fuese enterrado. Sin embargo sus discípulos, en secreto, durante la noche trasladaron su cuerpo hasta la orilla del mar, donde encontraron una barca preparada para navegar pero sin tripulación.

Allí depositaron en un sepulcro de mármol el cuerpo del apóstol que llegaría tras la travesía marítima, remontando el río Ulla hasta el puerto romano, en la costa Gallega, de Iria Flavia, la capital de la Galicia romana. Allí enterraron su cuerpo en un compostum o cementerio en el cercano bosque de Liberum Donum, donde levantaron un altar sobre el arca de mármol.

Tras las persecuciones y prohibiciones de visitar el lugar, se olvidó la existencia del mismo, hasta que en el año 813 el eremita Pelayo observó resplandores y oyó cánticos en el lugar. En base a este suceso se llamaría al lugar Campus Stellae, o Campo de la Estrella, de donde derivaría al actual nombre de Compostela.

¿COMO NACIÓ LA PEREGRINACIÓN A SANTIAGO DE COMPOSTELA?



Pelagio era un ermitaño, un hombre religioso y poco amigo de la compañía, aficionado a las chozas y a los insectos como alimento principal, que vivió en el siglo IX y según la leyenda fue protagonista de un auténtico milagro. Ignoramos si Pelagio resultó afortunado por sus continuos rezos y ayunos en su ermita, por no cambiarse jamás de vestimenta y dialogar sólo con los pájaros (tal era la vida usual de un ermitaño y aunque parezca mentira, en aquellos tiempos esta era un carrera prestigiosa que se ganaba el respeto de todos). No sólo el ermitaño Pelagio eligió una ocupación con cierto prestigio o el respeto ganado por su vida piadosa y sacrificada, sino también un destino de leyenda.

Pelagio vio una noche, solitaria como todas sus noches, luces misteriosas en el cielo. Entonces no se hablaba de ovnis sino de mensajes divinos. El ermitaño observó que las luces se desplazaban, señalándole un camino a seguir. Y lo siguió. Caminó un tiempo, no sabemos cuánto, siguiendo las señales luminosas hasta que se detuvieron y titilaron, temblorosas, pero decididas. 

Un haz de luz descendió mágicamente, iluminando a Pelagio y lo que había a pocos pasos de él: una tumba de mármol. Pelagio salió de su ostracismo habitual, contando la noticia a cuántos encontró en su camino, alborozado. No tardó en llegar la historia al obispo de la diócesis, el cuál se hizo presente en el lugar de los hechos para ver la tumba, ya con cierta fama milagrosa. El obispo llegó, vio y anunció: es nada menos que la tumba de Santiago apóstol.

Y la noticia corrió como un reguero de pólvora por los caminos españoles hasta que le fue comunicada al rey Alfonso II, quien no tardó en proclamar, emocionado, a Santiago santo patrono de España. Ahora bien, la emoción de Alfonso no excluía el cálculo político, o la visión militar si se quiere: la naciente España zozobraba, amenazada por el ejército moro. Desde la península arábiga, Mesopotamia, Siria, Egipto y el norte de África hasta Marruecos, el Islam se expandía rápidamente y parecía dispuesto a devorar Iberia. Santiago, como patrono, no sólo iba a proteger el reino con sus milagros, sino que también sería un factor de cohesión y de aliento frente al peligro para las huestes españolas, escasas de esperanza para enfrentar a un enemigo que parecía tenerlas todas consigo. 

Los soldados se sentían inspirados por leyendas milagrosas que en la desesperación última de entrar en combate los mantenían en pie. Pronto Santiago empezó a demostrar que estaba presente, en los gritos del combate y según algunos relatos populares, en los combates mismos.
Una vez que la noticia del descubrimiento de la tumba del apóstol circuló por España, empezó a conocerla también el resto de la cristiandad y eso propició las peregrinaciones y se inició la historia del Camino de Santiago.

Fuentes Consultadas: Lugares Misteriosos de Paula Riggeri - Sitio Web:
www.red2000.com - La Biblia Explicada Tomo I

¿QUIEN FUE EL APÓSTOL SANTIAGO?




Cuentan las confusas narraciones de los primeros años de la cristiandad que a él le fueron adjudicadas las tierras españolas para predicar el Evangelio, y que en esta tarea llegó hasta la desembocadura del río Ulla. Sin embargo con poco éxito y escaso número de discípulos, por lo que decidió volver a Jerusalén.

Cuando regresó a Palestina, en el año 44, fue torturado y decapitado por Herodes Agripa, y se prohibió que fuese enterrado. Sin embargo sus discípulos, en secreto, durante la noche trasladaron su cuerpo hasta la orilla del mar, donde encontraron una barca preparada para navegar pero sin tripulación.

Allí depositaron en un sepulcro de mármol el cuerpo del apóstol que llegaría tras la travesía marítima, remontando el río Ulla hasta el puerto romano, en la costa Gallega, de Iria Flavia, la capital de la Galicia romana. Allí enterraron su cuerpo en un compostum o cementerio en el cercano bosque de Liberum Donum, donde levantaron un altar sobre el arca de mármol.

Tras las persecuciones y prohibiciones de visitar el lugar, se olvidó la existencia del mismo, hasta que en el año 813 el eremita Pelayo observó resplandores y oyó cánticos en el lugar. En base a este suceso se llamaría al lugar Campus Stellae, o Campo de la Estrella, de donde derivaría al actual nombre de Compostela.

04 diciembre 2011

EL CAMINO DE SANTIAGO

Riquísimo documental sobre una de las tradiciones medievales más extendidas y practicadas en Europa. Los recorridos del caminante por Navarra, Castilla-León y Galicia está lleno de sorpresas artísticas, costumbres, y acogidas y atenciones solidarias. Hoy día, sigue teniendo plena vigencia esta arraigada costumbre y el documental se ha convertido en referente único para tantísimas personas que realizan esta original peregrinación del Camino de Santiago